El sobre escondido del draft de Jose Antonio Montero


El sobre escondido del draft de Montero

30/04/2011 José Antonio Montero fue, tras Fernando Martín, el segundo jugador español en aparecer en el draft de la NBA. Le eligieron los Atlanta Hawks en 1986. Pero poco más llegó a saber.

JORDI ROMÁN

Él lo explica así: “En aquella época la NBA y el draft quedaban muy lejos, no sabíamos prácticamente nada del procedimiento, sólo que ser elegido era algo importante, sobre todo porque que apareciera un jugador europeo era del todo excepcional. Yo me enteré de mi elección estando con la preselección que preparaba el Mundial de aquel año, en la que Díaz Miguel me había incluido como jugador invitado. Recuerdo que tras saberse la noticia me hicieron multitud de entrevista y hasta posé para un reportaje con una gorra de los Hawks. Pero ahí quedó todo, no supe nada más. Entonces no tenía agente, la vida siguió igual y meses después empecé la pretemporada con mi equipo con normalidad”.

En aquel Joventut se recibían muchas cartas de aficionados y seguidores pidiendo a los jugadores fotografías firmadas, autógrafos, posters y cosas por el estilo. Todas las archivaba el delegado en una caja en un despacho del pabellón. “Un día que tenía tiempo tras un entrenamiento fui al despacho, cogí todas las cartas a mi nombre, y cuál no fue mi sorpresa al descubrir debajo de todo del montón un gran sobre, también a mi nombre, con el membrete de los Hawks”. ¿Qué había en aquel sobre? “Una carta firmada por el presidente de los Hawks en la que me informaba que me habían elegido en el draft, me felicitaba por ello y se ponía a mi entera disposición. También había una revista explicativa de la franquicia, un folleto de la ciudad de Atlanta y dos billetes de avión y otras tantas reservas de hotel para viajar allí a conocerles a todos, a directivos, técnicos, jugadores. Todo, claro, con fecha de cuatro o cinco meses atrás”.

Montero sospechó enseguida que todo aquello no había sido casualidad. “Me quedaba sólo un año de contrato con el Joventut y debía negociar la renovación, no era descabellado pensar que el club temía que pudiera irme a la NBA o que aprovechara mi elección en el draft como medida de presión”. Evidentemente, nadie en el club sabía nada de aquel sobre. Ni el delegado ni los directivos ni los administrativos. “Todos se hicieron el sueco. Me llevé el sobre a casa, lo enseñé a mi familia y allí quedó, sobre la mesa de mi escritorio. Todavía lo guardo como recuerdo de que un día mi nombre figuró en el draft de la NBA”.

Montero, de 22 años entonces, ya no respondió a Atlanta. Le avergonzó hacerlo con tantos meses de retraso. Y de los Hawks tampoco recibió ninguna otra comunicación. Cuatro años después, fichó por el FC Barcelona.

Fuente: FEB

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