El Baloncesto en Silla de Ruedas


Características más significativas

Hemos de saber que el baloncesto en silla de ruedas se creó allá por el año 1945 en Estados Unidos. Los primeros documentos parten de 1946. En Europa, el primer partido se jugó en Inglaterra, en 1949, en un hospital. El Dr. Guttmann lo inició para que los lesionados medulares hicieran algo más que estar sentados en una silla de ruedas.

Competiciones nacionales e internacionales

En España, hay tres categorías, subvencionadas todas (viajes y hoteles) por la fundación ONCE:
División de Honor: integrada por doce equipos divididos en dos grupos. Al final de la liga regular se juegan unos «play-offs» para determinar los puestos finales, el campeón y los que descienden. El campeón juega la Copa de Europa. Los dos últimos clasificados descienden a Primera División.
Primera División: integrada por doce equipos divididos en dos grupos. Al igual que en la División de Honor, se celebran «play-offs» finales para determinar la clasificación final, los dos equipos que ascienden y los dos que descienden a Segunda División.
Segunda División: formada por tres grupos de ocho equipos cada uno. Juegan todos contra todos y, al final, los primeros de cada grupo juegan una liguilla entre ellos para determinar los dos que suben a Primera División. El último de cada grupo desciende a una categoría regional.
 
  También se celebra la Copa de S. M. El Rey entre los seis primeros clasificados de la División de Honor, y el campeón juega la Copa Andre Vergauwen.
 

A nivel internacional, se celebran campeonatos del Mundo y de Europa (son clasificatorios para los Juegos Paralímpicos) y los Juegos Paralímpicos.

Reglas de juego

Las medidas de la pista son exactamente iguales que las del baloncesto tradicional o baloncesto de pie, y las reglas de juego adoptadas por la Federación Internacional de Baloncesto en Silla de Ruedas (IWBF) son las mismas que las de la FIBA.
 
  Una diferencia que existe son los pasos, que son sustituidos por la violación con silla de ruedas. Ésta se produce cuando, después de botar el balón, éste se pone encima de las piernas y se dan tres o más impulsos a la silla. Para progresar con la silla y con el balón, o se hace botando en toda la pista, o se bota el balón, se pone sobre las piernas y se dan dos impulsos a la silla, se vuelve a botar, se coloca el balón de nuevo sobre las piernas y se dan otros dos impulsos a la silla, y así sucesivamente hasta que se lanza a canasta o se pasa a otro compañero. Si se dan tres impulsos a la silla, se pita violación y el balón pasa al equipo contrario.
 
  Otra diferencia es el salto entre dos: solamente se da en el inicio del partido y en el de la segunda mitad. En las luchas se procede de la siguiente manera: en la primera, saca de banda o de fondo el equipo que no se llevó el balón en el salto inicial o en el del inicio del segundo tiempo, y, en la segunda, el equipo que no se llevó el balón en la primera lucha, y, así, en las luchas, la posesión del balón cada vez se la lleva un equipo alternativamente.
 
  En los lanzamientos de tres puntos o en los tiros libres, las ruedas delanteras pueden estar dentro o pisando la línea que indica esos lanzamientos, no así las ruedas grandes, que deben estar fuera de las líneas, incluso, sin pisarlas.

Dimensiones de la silla de ruedas

La silla de ruedas debe tener una altura, desde el suelo hasta el asiento, de 53 cm, y el reposapiés (barra donde reposan los pies) no debe estar separado del suelo más de 11 cm.

Puntuación funcional

Los jugadores deben estar en posesión de su licencia federativa, que servirá como ficha de juego. En la misma, deben figurar los datos personales, la foto del deportista y la puntuación de juego. Los jugadores de un equipo obtienen una clasificación funcional, otorgada por clasificadores, después de ser reconocidos y de evaluar su ficha médica. Cada jugador obtiene una puntuación para jugar que va de 1 a 4,5 puntos. Los cinco jugadores que están en la pista, entre todos, deben sumar 14,5 puntos en la División de Honor y en la Primera División, y 15 puntos en la Segunda División.
 
  ¿Cómo se otorga esta puntuación? El jugador con más lesión tiene 1 punto y el jugador con menos lesión, o con mínima lesión («minimal handicap»), tiene 4,5 puntos. Y, entre ellos, hay jugadores con 1,5, 2, 2,5, 3, 3,5 y 4 puntos, dependiendo de las minusvalías que tengan. Los jugadores con hasta 3 puntos pueden llevar encima de la silla un cojín de 10 cm y los de 3,5 para adelante, de 5 cm. De esta manera se compensa un poco la diferencia física entre unos minusválidos y otros. Todo esto evita que en un equipo pueda haber cinco jugadores con la misma minusvalía, por ejemplo, amputados, que tendrían mucha diferencia si jugaran contra cinco lesionados medulares (parapléjicos). A la hora de hacer cambios, siempre hay que tener en cuenta la puntuación que tiene cada jugador en pista. El jugador que entra debe tener la misma puntuación, o menor, que el que sale, para que no se excedan los puntos exigidos a los jugadores en pista, pues si se supera, aunque sea por error, la puntuación total del equipo, los árbitros pitarán una técnica al equipo que ha cometido la infracción.

El gran olvidado

A grandes rasgos, éstas son las características más significativas del otro baloncesto o baloncesto en silla de ruedas. Creo que muchos compañeros las conocerán, pero, para otros, será la primera vez que las lean, y, por tanto, algo les descubriremos. Ese baloncesto que parece casi olvidado por la prensa nacional, pues no vende, sólo los que nos dedicamos a él somos los que tenemos que darlo a conocer. Así, decir que el baloncesto en silla de ruedas es un tremendo espectáculo, en el que hay que coordinar la silla, el balón y la inteligencia para pasar, para botar, para tirar o para saber lo que se tiene que hacer en un momento determinado.

Aspectos técnicos

En cuanto al aspecto técnico del baloncesto en silla de ruedas se refiere, hemos de decir que todo es igual que en el baloncesto tradicional o baloncesto de pie. Los sistemas defensivos son iguales. Se utilizan las mismas zonas, la presión en una parte de la pista, la defensa individual en toda la pista, el dos contra uno, etc.

Bloqueos

En ataque, también todo es igual, pero, según mi filosofía, hay algo fundamental: los bloqueos. En cualquier equipo que se precie, sus jugadores deben dominar, perfectamente, los bloqueos. Nosotros, en Toledo, siempre hemos tenido grandes tiradores con 2 ó 2,5 puntos de minusvalía, lesionados medulares (parapléjicos), que han jugado de aleros, y, para que ellos lanzaran a canasta, hemos utilizado a los pívots para que bloquearan, dándonos ello muy buenos resultados. Los pívots, que son jugadores con 4 ó 4,5 puntos de minusvalía, han hecho bloqueos perfectos. Los aleros han metido muchos puntos gracias a ellos.
 
  Creo que Pablo Martín y José Antonio Cuevas, con 2 y 2,5 puntos de minusvalía respectivamente, han sido los dos aleros, lesionados medulares, que mejor tiro han tenido de España, o, por lo menos, de los que mejores tiros han hecho, y eso lo hemos aprovechado bastante y le hemos sacado un gran rendimiento. Cuando los aleros, después de los bloqueos, no podían tirar y, si los pívots, después del bloqueo, hacían la continuación, éstos recibían el balón de los aleros y conseguían canastas fáciles. La dificultad del bloqueo está en ejecutarlo dentro de la zona, pues, si te defienden bien, es fácil que te piten los tres segundos en la zona. También hemos utilizado el doble bloqueo, por si el defensor salía del bloqueo sencillo, para que tuviera más difícil el salir y así los aleros pudieran tirar más tranquilos.
 
  Siempre que se bloquea por el lado del ataque, los otros jugadores deben estar en continuo movimiento para que la defensa tenga que moverse, y así buscar huecos para penetrar en la zona, recibir el balón y hacer canasta fácil. Este año se han conseguido canastas muy fáciles, pues el quinteto que hemos tenido en pista ha estado muy compenetrado y ha buscado las canastas fáciles en muchas ocasiones: Lorenzo Fernández, Esther Torres, José Antonio Cuevas, Alberto Sánchez y Francisco Javier Somoza se han bloqueado muy bien, unos a otros, y han conseguido canastas efectivas.
 
  Como entrenador, no sólo en el baloncesto en silla de ruedas, mi idea es dar total libertad al jugador en ataque. Eso sí, hay una norma que cumplir: estar continuamente bloqueando, y, entonces, el jugador decide cuándo hay que tirar a canasta o qué puede hacer en ataque, si aprovechar los bloqueos, hacer penetraciones, etc. En estas situaciones, el base siempre tiene que mandar con energía: por dónde se ataca, quién tira, etc.

Posición de los jugadores en la pista

La posición de los jugadores en la pista depende de muchos factores: minusvalía que tengan, clasificación funcional y, por tanto, puntos que de minusvalía tiene cada jugador, manejo de la silla de ruedas, visión de juego, etc. Por lo general, el base tiene que ser un jugador con un gran manejo de la silla y con una buena visión de juego, aunque nosotros hemos utilizado, casi siempre, a un lesionado medular de puntuación baja con buen manejo de la silla y con buena visión de juego, que esta temporada ha sido Lorenzo Fernández, ayudado, en muchas ocasiones, por Esther Torres, que ha jugado de alero-escolta. Como alero ha jugado José Antonio Cuevas, que se ha compenetrado perfectamente con los pívots, que han metido muchos puntos gracias a Cuevas. Como pívots han jugado Alberto Sánchez, que también sabe jugar por fuera y que tiene un sensacional tiro de cinco o de seis metros, y Francisco Javier Somoza, que ha roto muchas defensas con su tiro exterior y que es especialista en el uno contra uno. Esther tiene 2,5 puntos, Cuevas, 2,5, Alberto Sánchez, 4,5, y Somoza, 4. Por tanto, hemos utilizado de pívots a los dos jugadores de puntuación alta, y a los de 2,5, uno de alero nato y otro de escolta-alero.
 
  Espero que el artículo os haya parecido interesante y que nos sirva a todos para ir conociendo un poco mejor el baloncesto en silla de ruedas, un deporte tan espectacular y apasionante como el «baloncesto».

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